Los scones son bocaditos dulces (o salados) que se preparan rápidamente. La clave del éxito es no amasarlos, sino, simplemente unir la masa con las manos. Se sirven con mermelada o queso blanco.
Pueden ser dulces o salados, dependiendo de los ingredientes añadidos. Se pueden enriquecer con pasas, nueces, queso o hierbas, adaptándolos a diferentes gustos y ocasiones.
Ingredientes
- 500 g de harina
- 150 g de manteca fría
- 1 cdita de polvo de hornear
- 100 g de azúcar
- Pizca de sal
- 2 huevos y 1 para pintar
- 1 taza de leche fría
Preparación
Paso 1
Formar un arenado con la manteca fría, la harina, el polvo de hornear, la sal y el azúcar. Mezclar todo bien.
Paso 2
Hacer un hueco en el centro y poner dentro los huevos y la leche fría, de a poco, ya que no siempre se usa toda. Mezclar con una cuchara de madera hasta que estén bien unidos todos los ingredientes formando una masa que no sea blanda ni consistente.
Paso 3
Colocarla sobre la mesada y estirar de 2 centímetros de espesor.
Paso 4
Cortar los scones con un cortante liso chico.
Paso 5
Colocarlos en una placa enmantecada y pintarlos con huevo batido, solo la superficie. Hornear a temperatura media 12 minutos.
Tips
Añadir una cucharadita de esencia de vainilla o ralladura de limón a la masa para un sabor más intenso.
Espolvorear azúcar impalpable antes de servirlos para un acabado más atractivo.