Las personas que nacen entre el 23 de agosto y el 22 de septiembre pertenecen al signo de Virgo, el sexto de la rueda zodiacal. Su elemento es Tierra, su modalidad es mutable y su energía femenina y receptiva.
“Su combinación tierra – mutable lo lleva a poner en tela de juicio cada situación que se le presenta y a cuestionar cualquier desborde que no respete los procesos naturales de las cosas”, explica la astróloga Beatriz Leveratto.
El símbolo que identifica a Virgo ♍ representa, en palabras de Leveratto, “la ‘M’ de María, la matriz que se entrega humildemente” pero con un detalle: la letra “se cierra hacia adentro, no se muestra”. Vemos esta modestia en el extremo opuesto al deseo de protagonismo de su antecesor Leo.
Mercurio es el planeta que rige a los virginianos y, a pesar de que comparte regencia con Géminis, en Virgo se manifiesta un aspecto más maduro de las cualidades mercuriales: el ingenio al servicio de sistemas más eficientes y la noción de orden priman sobre la elocuencia y la curiosidad juguetona de los geminianos.
Los virginianos son personas confiables guiadas por un fuerte sentido del deber. Esto hace que la ostentación o las actitudes presuntuosas les molesten profundamente. Están seguros de su propósito y vocación de servicio, por eso les genera incomodidad que otros los promuevan con bombos y platillos.
Las personas de Virgo poseen una conciencia servicial y receptiva. Aunque son un signo de Tierra, consciente de la importancia de los recursos materiales y la concreción, procuran cultivar sus inquietudes espirituales y “les intrigan los insolubles misterios del cosmos”, afirma Leveratto.
El temperamento del arquetipo virginiano es moderado en sus deseos, sereno, observador, detallista, humilde y, a ratos, ermitaño. “Sobrio en su expresividad, este signo valora las acciones prolijas, los modos ordenados y los hábitos pulcros e higiénicos”, describe la astróloga.
En el ámbito familiar Virgo es comprometido, diligente, afectuoso desde sus acciones y sin dejar de tener una mirada objetiva y realista acerca de las personas que ama. Su temple ahorrativo y previsor sostiene a su tribu en los momentos más difíciles.
“Virgo es frío y excesivamente racional cuando pretende entender cada emoción y ubicarla en su casillero mental”, señala Leveratto.
El aprendizaje de vida de Virgo se centrará sobre todo en cultivar un estilo más espontáneo y amigarse con los contratiempos. La creatividad también se compone de momentos de caos y desorden.
“La mirada crítica y perfeccionista de Virgo lo instala en la eterna disconformidad y escepticismo —afirma la astróloga—. Sarcástico y severo, cuestionador y obsesivo, nada de lo logrado parece serle suficiente”.
El estilo preciso y prolijo de los virginianos es ideal para las labores en conjunto, pero si se repliega sólo a los ámbitos conocidos puede acabar dependiendo de su trabajo y descuidando otras áreas de su vida.
En el ámbito vincular, Leveratto apunta que la exagerada pretensión de control le causa problemas para abrirse a nuevas personas.
En el amor, este signo de Tierra puede establecer una relación genuina y estable con Tauro y Capricornio, con los que comparte elemento. Son capaces de generar vínculos serenos, atentos, siempre priorizando la búsqueda de estabilidad; la astróloga señala que será importante que no descuiden su tiempo de pareja por sus compromisos laborales.
Cuando Virgo se enamora de signos de Agua (Cáncer, Escorpio y Piscis) genera un vínculo complejo, se siente atraído, pero no completamente cómodo. Su pareja más desafiante será con su opuesto complementario, Piscis. Leveratto explica: “Virgo aporta sensatez y criterio, y Piscis vuelo emocional y empatía. Tendrán que estar atentos a no tensarse cuando Virgo se ponga demasiado crítico y Piscis se vuelva excesivamente delirante y caótico”.
Los signos menos compatibles con Virgo son Géminis, Leo y Sagitario. En el primer caso, puede que el signo de Tierra juzgue el inquieto espíritu geminiano y se desespere ante sus dudas constantes, pero éste puede enseñarle a ser más sociable y abrirse a lo desconocido. En el segundo, los leoninos brillan y aportan diversión mientras los virginianos analizan y cuestionan. “El amor puede lograr que Leo acepte críticas para mejorar y que Virgo se tome las cosas menos en serio y logre divertirse un poco más”, dice Leveratto. En el tercer caso, a Virgo le atrae la búsqueda espiritual sagitariana, pero siente una falta de compromiso cuando los centauros emprenden aventuras huyendo de la zona de confort que los virginianos cuidadosamente idearon.
Si, en cambio, la pareja se da entre Virgo y Aries, ambos tendrán mucho por aprender del otro. Virgo ofrece estructura y prudencia a su aguerrido compañero, pero puede chocar frente a su impulsividad. Según la astróloga, es clave que Aries aprenda a planificar antes de actuar y que Virgo aproveche la audacia de su compañero para atreverse a encarar nuevos proyectos.
Por último, entre Virgo y Libra, la humildad virginiana atrae a su sucesor en el zodíaco, pero no comprende su necesidad de aislamiento. Para Leveratto, “el amor puede lograr que Virgo salga a relacionarse y que Libra achique sus pretensiones glamorosas”.
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