Grant Grinstead es el dueño de Vir-Clar Farm, la granja que permanece desde hace cuatro generaciones en manos de su familia en las afueras de Fond Du Lac, al norte de Wisconsin. Está preocupado por el futuro de Estados Unidos, de su negocio y por las elecciones presidenciales del 5 de noviembre. “Esta es la elección más importante en mi vida”, jura y explica a Clarín por qué votará por Donald Trump.
Cae el sol y tiñe de naranja los sembradíos en este remoto rincón de Wisconsin, en Estados Unidos, cerca de la frontera con Canadá, donde ya comienza el frío. El hombre de gorrita y manos gruesas llega apurado y pide perdón por la demora. Estuvo hasta hace un rato nomás supervisando la cosecha de soja y ahora se acerca al corazón de su campo de unas 1.500 hectáreas, con galpones gigantes y un tambo hipermoderno que funciona 24 horas para ordeñar las 2.400 vacas que producen cada una cerca de 40 litros de leche por día.Cae el sol y tiñe de naranja los sembradíos en este remoto rincón de Wisconsin, en Estados Unidos, cerca de la frontera con Canadá, donde ya comienza el frío. El hombre de gorrita y manos gruesas llega apurado y pide perdón por la demora. Estuvo hasta hace un rato nomás supervisando la cosecha de soja y ahora se acerca al corazón de su campo de unas 1.500 hectáreas, con galpones gigantes y un tambo hipermoderno que funciona 24 horas para ordeñar las 2.400 vacas que producen cada una cerca de 40 litros de leche por día.
Grant Grinstead es el dueño de Vir-Clar Farm, la granja que permanece desde hace cuatro generaciones en manos de su familia en las afueras de Fond Du Lac, al norte de Wisconsin. Está preocupado por el futuro de Estados Unidos, de su negocio y por las elecciones presidenciales del 5 de noviembre. “Esta es la elección más importante en mi vida”, jura y explica a Clarín por qué votará por Donald Trump.