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    Envejecimiento: qué es normal que le ocurra a cada parte de tu cuerpo con los años y qué podés hacer

    Corazón
    Cuidá tu motor

    Qué ocurre

    El cambio más común en el sistema cardiovascular es la rigidez de los vasos sanguíneos y las arterias, lo que hace que se esfuerce más para bombear sangre a través de ellos. Los músculos del corazón cambian para ajustarse a la mayor carga de trabajo. La frecuencia cardíaca en reposo permanecerá más o menos igual, pero no aumentará durante las actividades tanto como antes. Estos cambios aumentan el riesgo de presión arterial alta (hipertensión) y otros problemas cardiovasculares.

    Qué podés hacer

    Ejercicio físico a diario. Tratá de caminar, nadar u otras actividades que disfrutes. La actividad física moderada y regular puede ayudarte a mantener un peso saludable y a reducir el riesgo de padecer una enfermedad cardíaca.

    Seguí una alimentación saludable. Elegí vegetales, frutas, granos enteros, comidas con mucha fibra y fuentes de proteína sin grasas, como el pescado. Limitá los alimentos ricos en grasas saturadas y sal.

    No fumes. Fumar contribuye al endurecimiento de las arterias y aumenta la presión arterial y la frecuencia cardíaca. Si fumás o usás otros productos con tabaco, pedile a tu médico que te ayude a dejarlo.

    Controla el estrés. La meditación, el ejercicio o la terapia pueden ayudarte a bajar el estrés.

    Huesos, articulaciones y músculos: “me duele todo”

    Qué ocurre

    Con la edad, los huesos tienden a encogerse en tamaño y densidad, debilitándose y haciéndose más susceptibles a las fracturas. Puede que incluso te vuelvas un poco más bajo. Los músculos generalmente pierden fuerza, resistencia y flexibilidad, factores que pueden afectar tu coordinación, estabilidad y equilibrio.

    Qué podés hacer

    Ejercicio físico a diario. Tratá de caminar, nadar u otras actividades que disfrutes. La actividad física moderada y regular puede ayudarte a mantener un peso saludable y a reducir el riesgo de padecer una enfermedad cardíaca.

    Seguí una alimentación saludable. Elegí vegetales, frutas, granos enteros, comidas con mucha fibra y fuentes de proteína sin grasas, como el pescado. Limitá los alimentos ricos en grasas saturadas y sal.

    No fumes. Fumar contribuye al endurecimiento de las arterias y aumenta la presión arterial y la frecuencia cardíaca. Si fumás o usás otros productos con tabaco, pedile a tu médico que te ayude a dejarlo.

    Controla el estrés. La meditación, el ejercicio o la terapia pueden ayudarte a bajar el estrés.

    Aparato digestivo: tránsito lento

    Qué ocurre

    Los cambios estructurales en el intestino grueso relacionados con la edad pueden provocar más estreñimiento a medida que envejecemos. Otros factores que influyen en estos cambios son la falta de ejercicio, no tomar suficiente líquido y una dieta baja en fibra.
    Los medicamentos, como los diuréticos y los suplementos de hierro, y algunas enfermedades, como la diabetes, también podrían hacer más lento el tránsito intestinal.

    Qué podés hacer

    Ejercicio físico a diario. Tratá de caminar, nadar u otras actividades que disfrutes. La actividad física moderada y regular puede ayudarte a mantener un peso saludable y a reducir el riesgo de padecer una enfermedad cardíaca.

    Seguí una alimentación saludable. Elegí vegetales, frutas, granos enteros, comidas con mucha fibra y fuentes de proteína sin grasas, como el pescado. Limitá los alimentos ricos en grasas saturadas y sal.

    No fumes. Fumar contribuye al endurecimiento de las arterias y aumenta la presión arterial y la frecuencia cardíaca. Si fumás o usás otros productos con tabaco, pedile a tu médico que te ayude a dejarlo.

    Controla el estrés. La meditación, el ejercicio o la terapia pueden ayudarte a bajar el estrés.

    Vejiga: la incontinencia, un problema frecuente

    Qué ocurre

    La vejiga puede volverse menos elástica a medida que pasan los años, lo que provoca la necesidad de hacer pis con más frecuencia. El debilitamiento de los músculos de la vejiga y del suelo pélvico puede dificultar que se vacíe por completo o hacer que se pierda el control, lo que se conoce como incontinencia urinaria, un problema muy común, sobre todo en las mujeres. En los hombres, si la próstata está agrandada o inflamada también puede causar dificultad para vaciar la vejiga y la incontinencia.

    El sobrepeso, el daño en los nervios causado por la diabetes, algunos medicamentos y el consumo de cafeína o alcohol también favorecen la incontinencia. 

    Qué podés hacer

    Ejercicio físico a diario. Tratá de caminar, nadar u otras actividades que disfrutes. La actividad física moderada y regular puede ayudarte a mantener un peso saludable y a reducir el riesgo de padecer una enfermedad cardíaca.

    Seguí una alimentación saludable. Elegí vegetales, frutas, granos enteros, comidas con mucha fibra y fuentes de proteína sin grasas, como el pescado. Limitá los alimentos ricos en grasas saturadas y sal.

    No fumes. Fumar contribuye al endurecimiento de las arterias y aumenta la presión arterial y la frecuencia cardíaca. Si fumás o usás otros productos con tabaco, pedile a tu médico que te ayude a dejarlo.

    Controla el estrés. La meditación, el ejercicio o la terapia pueden ayudarte a bajar el estrés.

    Memoria y pensamiento: ¿por qué me olvido de todo?

    Qué ocurre

    A medida que envejecés, tu cerebro experimenta cambios que pueden tener efectos menores en tu memoria o en tus habilidades de pensamiento. Por ejemplo, los adultos mayores sanos pueden olvidar nombres o palabras familiares, o pueden tener más dificultades para realizar varias tareas a la vez. Eso no implica que tengas demencia (la forma más común es el Alzheimer), ya que no es una consecuencia inevitable del envejecimiento. Incluso en esos casos, cada vez más estudios apoyan que se puede evitar o retrasar el riesgo de desarrollarla.

    Qué podés hacer

    Ejercicio físico a diario. Tratá de caminar, nadar u otras actividades que disfrutes. La actividad física moderada y regular puede ayudarte a mantener un peso saludable y a reducir el riesgo de padecer una enfermedad cardíaca.

    Seguí una alimentación saludable. Elegí vegetales, frutas, granos enteros, comidas con mucha fibra y fuentes de proteína sin grasas, como el pescado. Limitá los alimentos ricos en grasas saturadas y sal.

    No fumes. Fumar contribuye al endurecimiento de las arterias y aumenta la presión arterial y la frecuencia cardíaca. Si fumás o usás otros productos con tabaco, pedile a tu médico que te ayude a dejarlo.

    Controla el estrés. La meditación, el ejercicio o la terapia pueden ayudarte a bajar el estrés.

    Vista y audición: pérdidas que afectan

    Qué ocurre

    Con la edad, es posible que tengas dificultad para enfocar objetos que están cerca. Podrías volverte más sensible al resplandor y tener problemas para adaptarte a los diferentes niveles de luz. El envejecimiento también puede afectar el cristalino del ojo, y esto causa visión nublada (cataratas). 

    Tu audición también podría disminuir. Es posible que tengas dificultades para oír las frecuencias altas o para seguir una conversación en una habitación llena de gente.

    Qué podés hacer

    Ejercicio físico a diario. Tratá de caminar, nadar u otras actividades que disfrutes. La actividad física moderada y regular puede ayudarte a mantener un peso saludable y a reducir el riesgo de padecer una enfermedad cardíaca.

    Seguí una alimentación saludable. Elegí vegetales, frutas, granos enteros, comidas con mucha fibra y fuentes de proteína sin grasas, como el pescado. Limitá los alimentos ricos en grasas saturadas y sal.

    No fumes. Fumar contribuye al endurecimiento de las arterias y aumenta la presión arterial y la frecuencia cardíaca. Si fumás o usás otros productos con tabaco, pedile a tu médico que te ayude a dejarlo.

    Controla el estrés. La meditación, el ejercicio o la terapia pueden ayudarte a bajar el estrés.

    Los dientes y la boca también cambian 

    Qué ocurre

    Las encías podrían retraerse de los dientes. Ciertos medicamentos, como los que tratan las alergias, el asma, la hipertensión arterial y el colesterol alto, pueden causar resequedad en la boca. Como resultado, tus dientes y encías pueden volverse ligeramente más vulnerables a las caries y a las infecciones.

    Qué podés hacer

    Cepillate los dientes dos veces al día y usá hilo dental en forma regular o un limpiador interdental, una vez al día. 

    Programá chequeos regulares con tu dentista.

    La piel: más que arrugas 

    Qué ocurre

    Con los años, la piel se vuelve más fina, menos elástica y más frágil, y disminuye el tejido graso que se encuentra debajo. Se vuelven más comunes las arrugas, las manchas de la edad y pequeños crecimientos llamados papilomas cutáneos. Además, es posible que notes que te salen moretones con mayor facilidad. La disminución en la producción de aceites naturales podría resecarla.

    Qué podés hacer

    Bañate o duchate con agua tibia, no caliente. Usa jabón suave y crema hidratante. 

    Usá protector solar y ropa de protección. Chequeá tus lunares y controlá tu piel regularmente y si notás cambios o algo sospechoso, consultá al dermatólogo. 

    No fumes: el cigarrillo contribuye al daño de la piel, como las arrugas.

    Tu peso: no sos vos, es tu metabolismo 

    Qué ocurre

    La forma en que el cuerpo quema calorías (metabolismo) disminuye a medida que pasa el tiempo. Por eso, si continuás comiendo como de costumbre y encima te movés menos, vas a aumentar de peso.

    Qué podés hacer

    El ejercicio físico moderado y regular puede ayudarte a mantener un peso saludable. 

    Elegí una dieta basada en vegetales, frutas, granos enteros, comidas con mucha fibra y fuentes de proteína sin grasas, como el pescado. Limitá el azúcar y los alimentos ricos en grasas saturadas. 

    Controlá el tamaño de las porciones.

    Sexualidad: deseo y algo más 

    Qué ocurre

    Con la edad, las necesidades sexuales y el desempeño pueden cambiar. Para las mujeres, la sequedad vaginal puede hacer que el sexo sea incómodo. Para los hombres, la disfunción eréctil puede convertirse en una preocupación. Podría tomar más tiempo lograr una erección y podrían no ser tan firmes como solían ser.

    Qué podés hacer

    Hablá con tu pareja. Podrías descubrir que la intimidad física sin relaciones sexuales es adecuada para vos, podés encontrar nuevas formas de experimentar placer a través de abrazos, caricias, mimos, momentos íntimos, masajes. 

    Movete. El ejercicio mejora la liberación de hormonas sexuales, la salud cardiovascular, la flexibilidad, el estado de ánimo y la autoestima, factores que contribuyen a una buena salud sexual. 

    Consultá. Un profesional de la salud podría ofrecerte sugerencias de tratamiento específicas, como crema de estrógeno para la sequedad vaginal o medicamentos orales para la disfunción eréctil en los hombres.