Para hacer una película hacen falta muchas personas.
Está el director para la visión general, el iluminador para las luces, los decoradores para añadir textura al mundo de la película y los diseñadores de vestuario para imaginar los atuendos de los actores.
¿Y cuando se quitan esos atuendos y las cosas empiezan a subir de tono?
Ahí es donde entra Jessica Steinrock.
Steinrock es una coordinadora de intimidad —o directora de intimidad, cuando trabaja en teatro y espectáculos en vivo— que facilita la producción de escenas que implican desnudez, sexo simulado o hiperexposición, que ella define como “algo que de otro modo alguien no se descubriría en público, aunque no sea desnudez legal”.
Al igual que un coordinador de acrobacias o un director de peleas, ella se asegura de que los actores estén seguros durante todo el proceso y de que la escena resulte creíble.
Esta función ha cobrado importancia en los últimos cinco años.
Mientras la industria del entretenimiento se tambaleaba por la letanía de abusos sacados a la luz por el movimiento #MeToo, muchas producciones estaban ansiosas por demostrar públicamente su compromiso con la seguridad.
Contratar a un coordinador de intimidad era una forma de hacerlo.
“Muchos lugares estaban realmente entusiasmados con la posibilidad de este trabajo y estar a la vanguardia, mostrando que su compañía se preocupaba por sus actores, se preocupaba por el consentimiento”, comentó Steinrock en una entrevista por Zoom desde su casa en Chicago.
Steinrock, que ha trabajado en proyectos como el aclamado drama de supervivencia de Showtime “Yellowjackets”, la comedia dramática adolescente de Netflix “Yo nunca” y la miniserie de Hulu “Pequeños fuegos por todas partes”, ha participado en la coordinación de intimidad desde sus inicios.
El sector despegó en gran parte gracias al publicitado trabajo de la coordinadora de intimidad Alicia Rodis en la serie de HBO “The Deuce” en 2018.
En ese momento, Steinrock, cuya formación fue la comedia de improvisación, estaba trabajando en una maestría en artes dramáticas en la Universidad de Illinois, campus Urbana-Champaign, centrada en navegar cuestiones de consentimiento en ese espacio.
“En el mundo de la improvisación, me tocaban mucho, me besaban, me agarraban o se hacían bromas sobre mí que yo no consentía”, recordó en un video de TikTok.
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