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      ¿Eléctrica o a gas? Una insólita “guerra” por las cocinas estalla en Estados Unidos

      Una desopilante batalla política y cultural se acaba de desatar sobre los tradicionales artefactos a gas. ¿Quién encendió la mecha?

      ¿Eléctrica o a gas? Una insólita "guerra" por las cocinas estalla en Estados UnidosUna batalla política y cultural se acaba de desatar alrededor de las tradicionales cocinas a gas. Foto: Fassbender / AFP

      A veces, un pequeño artefacto a gas puede provocar una enorme explosión, de consecuencias inesperadas.

      El estallido sucede precisamente estas semanas en Estados Unidos, donde se ha desatado una insólita batalla política y cultural alrededor de las tradicionales cocinas a gas, una guerra con una dura reacción de los ultraconservadores, que se atrincheraron a defender a este electrodoméstico como si fuera un gran bastión de la libertad individual.

      El debate no es menor: datos de la Administración de Información Energética señalan que 187 millones de estadounidenses, casi un 40% de la población del país, cocina a gas.

      187 millones de estadounidenses, casi un 40% de la población del país, cocina a gas. Foto ilustrativa: Andres D'Elia187 millones de estadounidenses, casi un 40% de la población del país, cocina a gas. Foto ilustrativa: Andres D'Elia

      El detonante

      Todo comenzó semanas atrás, cuando el director de la Comisión de Seguridad de Productos de Consumo (CPSS), Richard Trumka, dijo que estaban considerando prohibir las cocinas a gas por posible peligro que en la calidad del aire de los hogares, incluso con el riesgo de generar asma en los niños, dijo citando un estudio del International Journal of Epidemiology, aunque el impacto varía según el tiempo que se usen y la ventilación de la casa.

      “Este es un peligro oculto”, dijo Trumka.

      "Cualquier opción está sobre la mesa. Los productos que no se pueden hacer seguros pueden ser prohibidos”.

      Esas simples frases encendieron la mecha de indignación en los sectores más conservadores que consideraron que el Estado se estaba metiendo con uno de los objetos más preciados, símbolo de la familia tradicional, para cambiarlos por la fuerza por otros eléctricos menos contaminantes.

      Cocinas eléctricas en un negocio en Maryland. Foto: Anna Moneymaker/Getty Images/AFPCocinas eléctricas en un negocio en Maryland. Foto: Anna Moneymaker/Getty Images/AFP

      Un "invento de la izquierda"

      A los ultraderechistas estadounidenses se le ponen los pelos de punta cuando se habla de energías limpias porque creen en general que el cambio climático es un “invento de la izquierda” para frenar el crecimiento económico de Estados Unidos.

      En pocas horas las redes comenzaron a llenarse de memes y noticias falsas de supuestas “brigadas anticocinas” que invadían los hogares para arrancar el artefacto y llevárselo.

      La gente consultaba a los fabricantes sobre los supuestos peligros del uso del gas.

      En las redes posteaban fotos de altos funcionarios demócratas –incluida la primera dama Jill Biden—cocinando en uno de esos polémicos electrodomésticos durante la pandemia. “Hipócritas”, acusaban. En TikTok se mofaban de la corrección política de los progresistas con fotos de cocinas a gas con la leyenda: “Me autopercibo eléctrica”.

      Los políticos más radicales se subieron enseguida a la ola, con el argumento de que la batalla contra las cocinas es un avance más en la intromisión del Estado sobre los ciudadanos y un nuevo desafío en la guerra cultural que libran los progresistas contra los conservadores.

      Denuncian que se avasallan los elementos y las costumbres tradicionales en pos de tendencias “verdes” que ellos consideran una moda liberal, antiestadounidense e inservible.

      El senador republicano Joe Manchin salió a protestar ante una posible prohibición: “El gobierno federal no tiene nada que decir a las familias estadounidenses sobre cómo cocinar su cena”.

      “Si esa es la gran preocupación de la Comisión de Seguridad de los Productos de Consumo, pienso que debemos reevaluar a esa comisión”.

      Otro senador republicano, Ted Cruz, dijo que la medida sería una “asombrosa extralimitación” y que iban a investigar el tema “para detenerlo”. Y advirtió por Twitter sobre una lista de las “prohibiciones que impulsan los demócratas autoritarios”: cocinas a gas, autos a combustible, bolsas de plástico, sorbetes de plástico, lamparitas tradicionales, fracking y perforaciones petroleras.

      El funcionario que desató el escándalo intentó explicar su declaración después de que el debate se extendiera por la televisión, las redes y la mesa de los estadounidenses.

      “Para ser claros, la CPSC no les va a quitar las cocinas de gas de nadie. Las regulaciones se aplicarán a los nuevos productos”, dijo Trumka. Y explicó que sucedería como en Nueva York o California, donde estudian una reglamentación para obligar a que se coloquen en las viviendas nuevas solo cocinas eléctricas.

      La Casa Blanca interviene

      La vocera de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, también salió a desmentir una campaña contra las cocinas. “El presidente Joe Biden no apoya la prohibición de las cocinas de gas y la CPSC, que es independiente, no las está prohibiendo”, dijo a los periodistas.

      Pero no hubo caso. A pesar de las desmentidas y aclaraciones, el tema ya estaba instalado. Y la derecha lo atizó. El gobernador de Florida Ron DeSantis, que es un posible candidato presidencial republicano, enseguida advirtió al Gobierno: "Cuando decimos: 'No pisen Florida' o 'Déjennos solos', queremos decir eso, incluso con las cocinas de gas".

      En hogares más conservadores, la cocina a gas es uno de los objetos más preciados, símbolo de la familia tradicional. Foto: Andres D'EliaEn hogares más conservadores, la cocina a gas es uno de los objetos más preciados, símbolo de la familia tradicional. Foto: Andres D'Elia

      “Sé que muchas personas no quieren desprenderse de sus cocinas, así que vamos a defenderlas”, agregó. “Defendemos lo que es correcto y defendemos las libertades de las personas para tomar sus propias decisiones", declaró DeSantis.

      Rápida de reflejos, su campaña lanzó una serie de delantales de cocineros con una leyenda impresa que advierte a las autoridades federales: “No pises Florida”. Se agotaron en menos de 24 horas.

      El representante republicano Ronny Jackson de Texas tuiteó: “NUNCA renunciaré a mi cocina de gas”. “Si los maníacos de la Casa Blanca vienen por mi cocina, pueden sacármela de mis frías manos muertas. ¡VENÍ Y TOMALAS!!", desafió.

      En Estados Unidos buscan que las nuevas viviendas tengan cocinas eléctricas. Foto: Anna Moneymaker/Getty Images/AFPEn Estados Unidos buscan que las nuevas viviendas tengan cocinas eléctricas. Foto: Anna Moneymaker/Getty Images/AFP

      Las ventajas de gas

      Las cocinas a gas, generalmente instaladas en centros urbanos donde hay mejores redes de suministro, permiten un control de temperatura más rápido y preciso que las eléctricas, lo que las hace populares entre los chefs de restaurantes y los que disfrutan de preparar una buena comida.

      Los artefactos de “inducción” están instalados en hogares “verdes” o en poblaciones más alejadas donde no llega la instalación de gas.

      Utilizan electricidad para producir un campo magnético para calentar ollas y sartenes directamente, también permiten un control preciso de la temperatura, pero no son tan populares como los de gas porque la tecnología no es tan familiar y son más caros para comprar.

      Para fomentar el cambio a energías más verdes, la ley de Reducción de la Inflación aprobada el año pasado creó reembolsos de hasta 840 dólares en el costo de los artefactos eléctricos. Pero las cocinas a gas por ahora resisten los embates y han logrado millones de defensores inesperados.

      Washington, corresponsal​

      ap​


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      Sergio López

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