Una hora después de la decisión de la Corte Suprema de ordenar el cese en las funciones de Ana María Figueroa a la que ya consideraron ex jueza, en Comodoro Py se tomaron dos decisiones: su reemplazo como presidenta de la Casación y el sorteo de su cargo de camarista. Sin embargo, aún resta saber cómo será la decisión sobre dos casos sensibles que interesan a Cristina Kirchner y en los que intervenía la ex magistrada.
Con un bolillero manual, los integrantes de la Cámara de Casación resolvieron cubrir la vocalía 10 que ocupaba Ana María Figueroa. El máximo tribunal penal se conforma de cuatro salas, con tres vocalías cada una (una ocupada por cada juez) y la ley de creación indicaba que el juez número 13 era el presidente de la Cámara, que no cubría salas, pero con el paso del tiempo y algunas jubilaciones que se fueron produciendo esto cambió.
De esta manera, había que cubrir no sólo la vocalía 10 de Figueroa, sino también el cargo de presidencia de la Cámara de Casación de quien dependen los 77 tribunales orales federales de todo el país, que cuentan con un 30% de vacancias, pero también todo lo que atañe a la logística de Comodoro Py desde las cuestiones edilicias, los dispositivos de seguridad, y todo lo concerniente al edificio por el que diariamente circulan cerca de 1.500 personas.
También de la presidencia de la Cámara de Casación dependen los sorteos de las causas y como un dato no menor: el Presidente del máximo tribunal penal tiene rango de conjuez ante la Corte Suprema de Justicia.
Todas estas funciones estaban bajo la responsabilidad de Ana María Figueroa. Después de la notificación de que debía cesar en sus funciones desmantelando su "plan B" de tomarse todos los días de vacaciones acumulados, sus compañeros avanzaron con la cobertura de los cargos.
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