En su novela “La vuelta completa” editada en la Argentina por Seix Barral el inolvidable Juan José Saer apela a la metáfora de los anillos olímpicos para explicar el modo en que los universos de diferentes personajes un día confluyen. En momentos determinados, producto del desorden natural de las cosas, las vidas de los protagonistas se enlazan, como círculos que se superponen, en puntos de contacto indisolubles. Con sus bagajes a cuestas, finalmente se entrecruzan dentro de los límites de una ciudad -interior, ribereña y tórrida- que contiene sus hábitos y les tiene reservado un destino común para todos ellos.

Las redes sociales hacen las veces de esa ciudad saeriana latente como la respiración: son el ecosistema donde todos, más temprano que tarde, nos terminaremos encontrando (o quizás, también, lo contrario). Nos han quitado del mundo palpable para refundar nuestros vínculos, no solo con el otro, sino con nosotros mismos, con nuestro tiempo libre y también con el productivo. Es anacrónico a esta altura plantear que se asiste a un cambio de paradigma sobre la idea misma de la vida a partir de la aparición revolucionaria de Facebook, Instagram, Tik Tok y WhatsApp, pero vale detenerse a repensarlo un poco debido a una fecha puntual: este martes 14 de febrero, día de los enamorados, YouTube celebra sus 18 años, alcanza la mayoría de edad.

De este modo, así como la red social de los videos ingresa en una nueva etapa vital, muchísimos jóvenes en todo el planeta que nacieron también en 2005, viven su relación con YouTube como parte de algo añadido. No alcanza con decir que se trata de una herramienta más de la tecnología. Se trata de algo que vino con el crecimiento y que naturalmente les ha sido dado. YouTube llegó a ellos antes de que sus padres, siguiendo una idea que parte del sentido común, les comentaran formalmente de que se trata todo esto. Son idóneos, autodidactas de la red social. Son parte, ya no de un colectivo localizado en lo virtual, sino de un planeta que se retroalimenta sin pausa en una cadena de contenidos que no conoce límites.

YouTube tiene miles de millones de usuarios conectados mensualmente. Cada día la gente ve miles de millones de horas de video y genera miles de millones de visualizaciones. Se suben más de 500 horas de video a YouTube por minuto.

Existen versiones localizadas de YouTube en 100 países de todo el mundo en 80 idiomas. En la actualidad hay más de 35 millones de usuarios semanales en más de 100 países que utilizan YouTube Kids.

Entre julio del 2021 y junio del 2022, YouTube ha pagado más de 6.000 millones de dólares a la industria musical (2.000 millones de dólares más con respecto al 2021). Por segundo año consecutivo, el contenido generado por los usuarios supuso más del 30% de los pagos a artistas, compositores y titulares de derechos.

YouTube supera los 80 millones de suscriptores de Music y Premium en todo el mundo, incluyendo los suscriptores de prueba. YouTube Music tiene un catálogo extenso con más de 100 millones de pistas oficiales, además de listas de reproducción, remixes, videos musicales, presentaciones en vivo y covers.

A nivel mundial, los Shorts de YouTube tienen un promedio de más de 50 mil millones de visitas diarias y son vistos por más de 1.500 millones de usuarios registrados cada mes. En abril de 2022, los Shorts con contenido extraído de videos largos generaron más de 100.000 millones de visualizaciones. Pero los números, así como resultan descomunales, pueden parecer fríos. Detrás de cada contenido, hay personas. Muchas de ellas son esos mismos jóvenes que nacieron con YouTube y que ahora, no solo se entretienen, sino que viven de la red. Generan dinero, en cantidades importantes, y hasta piensan su vida dedicada por completo a la plataforma.

Historia de Davo

El dominio YouTube.com fue registrado el 14 de febrero de 2005, y en mayo de ese año YouTube abrió al público con una versión beta. Me at the Zoo (Yo en el Zoológico) fue el primer video en YouTube. Dura 18 segundos. Está protagonizado por uno de los tres creadores de la plataforma Jawed Karim (junto a Chad Hurley y Steve Chen), quien se grabó a sí mismo en un zoológico junto a unos elefantes en el fondo. Karim mira a cámara y dice: “Bien aquí estamos, frente a los elefantes. Lo bueno de estos tipos es que tienen trompas verdaderamente grandes. Y eso es genial, es prácticamente todo lo que tengo que decir”.

Davo Xeneize tenía entonces dos años. Corría por la casa de sus padres, donde todavía vive, en Boulogne, zona norte del Gran Buenos Aires.

En su vida siempre hubo una computadora. Pero durante los primeros años había solo una para tres hermanos. Sus padres habían establecido un criterio: una hora por día para cada uno de ellos. Davo lo cuenta por video llamada al autor de este artículo. Se ve un pibe común y corriente, de 20 años. Su rostro delata que está fugándose de la adolescencia hacia la vida adulta.

Davo es uno de los youtuber más conocidos del país. Su temática es el fútbol; su valor diferencial, el humor. Si va por la calle, es común que a Davo lo detengan los peatones para pedirle fotos. Sobre todo los de Boca porque sus contenidos, los videos que sube, a razón de uno por día (pero hay días de tres) son la gran mayoría sobre el gran amor de su vida: Boca Juniors.

“Desde chico tengo YouTube para ver cualquier cosa que tenga ganas de ver. Es cierto que crecimos en paralelo, YouTube y nosotros”, reflexiona. Cuando Davo cumplió 10 años, sus padres le regalaron su primera computadora personal. “Para mí, eso significó todo. De golpe, consumía muchísimos videos. Pero además, apareció el archivo. Todo lo que yo no había visto: los goles de Riquelme, los goles de Palermo, todo aquello de Boca que había pasado antes de que yo naciera: se abrió por completo mi mundo y la información”, explica el youtuber. “Mis padres me ponían bastante restricciones. Estuvieron siempre pendientes. Pero de todos modos siempre tuve mucha libertad”, reconoce.

Entonces, la relación de Davo con la red social ya podría decirse que ocupa una buena parte de su vida. El 21 de diciembre de 2015 subió su primer video. Terminaba primer año del secundario. ¿Qué fue lo que subió, con pericia de editor clásico? Un contenido titulado “10 golazos de Juan Román Riquelme en Boca”. Después subió los de Palermo, los de Tevez, los de Maradona. Lleva siete años subiendo videos sin parar.

“Cuando terminé el secundario quería estudiar para ser contador público. Pero me fue tan bien con esto que me dedique de lleno. Mis padres trabajan ambos, pero gracias a lo que gano ya puedo ayudar en la economía familiar”, revela. Dice que le está yendo bien, que gana bien, en dólares. Davo es parte de otro flujo de la economía.

“Gano en base a los anuncios. Si subís un video y tiene un millón de visitas, le ponés 4 anuncios. Esos anuncios YouTube te los paga. Las vistas desde los Estados Unidos pagan más que las de Latinoamérica. Mi promedio es 500 mil visualizaciones por video. El video que subí anoche ya se acerca a las 500 mill y tengo tres videos listos más”, explica Davo con una asombrosa seguridad de experto. En varias de sus performances publicadas explorar el humor. Un humor juvenil, de histrionismo físico y acaso poca complejidad. Pero en la conversación se ve un joven sólido y de definiciones concretas. Un tipo serio Davo evolucionó a niveles de productora. Tiene, finalmente, una pequeña empresa. Por ejemplo, ya no edita más. Ahora produce y luego un editor de video que trabaja para él convierte el crudo de sus ideas en el contenido acabado final, que llega a las redes sociales.

El resto del tiempo Davo tiene sus amigos, sus salidas de viernes y sábado. El resto del tiempo Davo es un hincha fervoroso y alimenta su sueño de conocer a Riquelme, a quien nunca vio en persona. Sus padres se están habituando a que la gente lo reconozca por la calle. La mayoría de los que lo paran para pedirle un selfie, son seguidores de su edad, fanáticos de Boca. Dice que tiene muchos amigos y que juega al fútbol tres o cuatro veces por semana. A la vista se percibe que vive la vida que quiere. Pero quiere, todavía, más. “Cuando miro los números que tengo, las visitas, siento que me tiene que ir mejor”, afirma.

En la Argentina

Davo es una estrella en el escenario de lo que sucede con la red social en la Argentina. Según una encuesta realizada por Ipsos, los ¿espectadores? en Argentina dicen que YouTube es número 1 en la entrega de contenido relevante. El 96% dice que puede encontrar buen contenido en YouTube, significativamente más que el promedio de otras plataformas (82%). Al pensar en el mundo dentro de un año, el 86% de los espectadores en la Argentina dice que YouTube tendrá su contenido favorito. Según Comscore, YouTube llegó a más de 31.9 millones de personas mayores de 18 años en la Argentina, para junio de 2022.

Más de 15 millones de personas vieron YouTube (o YouTube TV) en su televisor en Argentina, según datos de diciembre de 2021.

Los círculos olímpicos

Es por eso que la vida de Davo se encuentra con la vida de los hijos de quienes leen este artículo. Pero también las vidas de los lectores se cruzan con esta historia y por lo tanto también, como dice la metáfora saeriana, con la de otros en sitios remotos o directamente en ningún lugar.

Esos otros son los que dieron aquel puntapié inicial en 2005. Jawed Karim, Chad Hurley y Steve Chen, antes jóvenes entusiastas que buscaban crear un sitio para subir videos que ellos mismos grababan pero también una web de citas. Hoy son magnates distanciados, cada lanzado al mundo de la innovación con empresas de consultoría propias. Desde 2006, año en que You Tube fue vendida por 1.650 millones de dólares, Google ha tomado la posta. Esto es, el dominio prácticamente total del contenido generado en las redes por los actores fundamentales de esta meganegocio: nosotros mismos y nuestro ímpetu por mostrarnos o exhibir todo aquello que nos atraviesa y sucede.

Nota productiva