Cuando se habla de las temperaturas extremas registradas en distintas latitudes en el último tiempo, se suele prestar atención al calentamiento global -acelerado por la emisión descontrolada de gases de efecto invernadero- y sus efectos negativos en la vida de las personas. Poco se dice de los animales y, en especial, de las vacas
Publicado este jueves en la revista especializada Environmental Research Letters, es un paper que sale de la usina de dos universidades africanas y una estadounidendse: las de KwaZulu-Natal, Cape Town y de Chicago. El título es bien elocuente: “Riesgo global de estrés por calor para el ganado debido al cambio climático global”.
Se trata de un pronóstico de lo que ocurrirá a fines de siglo si no se reducen los Gases de Efecto Invernadero (GEI), emisiones que impulsan que el calentamiento global se acelere, producto del cambio climático que el planeta inevitablemente transita.
De no cambiar el escenario actual, dice el trabajo, a fines de este siglo, más de mil millones de cabezas de ganado podrían quedar expuestas al llamado “estrés por calor”, situación que no solo perjudicará el bienestar animal sino que afectará la productividad agrícola y, en consecuencia, la seguridad alimentaria.
De hecho, el trabajo no es muy alentador con respecto a los tiempos: si bien el mundo está a tiempo de aplacar los efectos más severos del calentamiento global, habrá que apelar a distintas soluciones que mitiguen el impacto general del cambio de temperatura. La ventilación o el uso de aire acondicionado no pueden descartarse.