Ojo biónico de la política, piedra en el zapato de los funcionarios públicos, escáner de la argentinidad, incomodador serial de presidentes, analista/futurólogo. Tato Bores, actor cómico de la nación, como le gustaba definirse, cumpliría 100 años, pero anda más vivo que nunca. Sus sketches sobre el dólar, las corridas cambiarias, la corrupción, la mishiadura, las devaluaciones, la deuda externa, la "inexistencia" de la moneda nacional de curso legal y más hablaban -hablan y hablarán- de este país como en loop. Larga vida a la lucidez de Mauricio Borensztein (1925-1996). Aquí, el ADN de nuestro genial e irremplazable artista.
Su padre, Samuel, fue el primero en emigrar a la Argentina, proveniente de Polonia. En la puerta del Hotel de los Inmigrantes encontró una moneda de 10 centavos. Tomó el tranvía 55 hasta Once. Poco después se alquiló una pieza en Tucumán, casi esquina Carlos Pellegrini, donde nació Tato. A principios de los cincuenta, Tato conoció a Berta en la disquería de Enrique Borensztein, su hermano, donde ella trabajaba como secretaria. Se casaron el 12 de mayo de 1954. Tuvieron tres hijos, Alejandro (1958), Sebastián (1963) y Marina (1966).
Admirador de Benny Goodman, Tato aprendió a tocar el clarinete y el instrumento lo llevó en la década del 40 hasta la orquesta del pianista y arreglador uruguayo Luis Rolero. En un principio cargaba los bártulos de los músicos y después se sumó sacudiendo maracas y tumbadoras. Con la Big Band frecuentaba Radio Splendid, de allí sus primeros retratos como artista en las páginas de Radiolandia o Sintonía. Épocas de giras radiales por los estudios también de El Mundo, Stentor, Municipal. Además se presentaban en vivo en El Odeón, en la boite Morocco o en el night club Marabú.
En 1944 debutó en solitario en Splendid con Pepe Arias. Allí El Zorro Pepe Iglesias le sugirió que acortara el nombre. Poco después llegaron las fotonovelas, y en 1949 por Belgrano tuvo ciclo propio, "Igor, de lo boino lo mejor" desde el Hotel Alvear Palace.
En teatro, entre 1945 y 1982, trabajó en 58 espectáculos de revista. La TV llegó en 1952, con intervenciones en el único canal de la época, el 7, en ciclos como La familia GESA se divierte y Caras y morisquetas. El clic a la puerta grande del humor televisivo ocurrió en 1960, por Canal 9, con su Tato, siempre en domingo.
El primer programa: Tato, siempre en domingo (1960)
Su debut como protagonista de un ciclo. Desde 1960 tuvo exitosas 12 temporadas, las primeras tres por Canal 9, las restantes por Canal 11. La película que inspiró el nombre se llamó “Nunca en domingo”. Tato le puso "Tato, siempre en domingo" porque era el horario que le habían ofrecido diciéndole que los domingos la gente no miraba televisión. "Dámelo que yo voy a hacer que los domingos miren televisión”. Así fue. No había político que no se sentara a verlo. Cuando asumió la presidencia José María Guido, por ejemplo, en 1962, en reemplazo del destituido Arturo Frondizi, el flamante presidente declaró: "No veo televisión. Pero todos los domingos a las 21 en punto trato de ver a Tato porque me hace reír y pensar".
El último programa: Good Show (1993)
Fue mensual y con una superproducción, emitido por Telefe. El primer episodio se emitió el 31 de mayo. Tuvo una apertura que dio que hablar, inspirada en la tapa del disco de Los Beatles La banda del Sargento Pepper's, con dobles de Gardel, Perón, Marilyn Monroe, Liza Minelli, Jesús, y más. En 1994 ya no renovaron contrato. Y confesó: después de ganar cuatro de las cinco nominaciones al Martín Fierro, un secreto: “no me quiere ningún canal”.
En 1989 Tato cenó con Carlos Menem en Canal 13. Comieron fideos con tuco. Mientras enroscaban los tallarines y hablaban del libro "Desde el jardín", de Jerzy Kosinski, el cómico lanzó un chiste sin piedad. "Tuvo tiempo de leer muchos libros en la cárcel usted. ¿Verdad?".
En 1991 repitieron por la misma emisora y Menem se despachó: "Necesitamos hacer una rendición de cuentas. Después comemos. Con el palo que me dio por la cabeza, por el tema de la Ferrari, de la avispa y demás, esto es lo que me debe", bromeó el hombre de las patillas y le extendió un cheque simbólico. Veloz, en un paso de comedia, Tato retrucó: "Es cierto, pero cuando usted me pidió que le diera con un caño al doctor Alfonsín, el cheque a mí usted no me lo mandó".
Con Raúl Alfonsín compartió mesa cuando éste ya era ex presidente, en 1992. El ciclo que fue mutando de nombre se llamaba entonces Tato de América (Canal 13). El ex funcionario radical se presentó con 14 kilos menos. "Lo veo más renovado, más juvenil. ¿tal vez un toque de avispa?", preguntó irónico Tato. Alfonsín supo redoblar la apuesta humorística. "Ese monopolio ya tiene dueño. La presidencia deja marcas en el rostro". Entre vino blanco, estofado y rosas rojas, el hombre del bigote se animó a preguntar al anfitrión: ¿A quién quiere más, al doctor Menem o a mí?".
programas
temporadas con sus monólogos políticos en TV (1957-1993)
Martín Fierro ganados
libretistas lo acompañaron en sus programas
minutos promedio duraba cada monólogo