En la previa de la elección presidencial de 2015, un escenario de tres que dominaban Daniel Scioli y Mauricio Macri, para intentar mantenerse en la pelea Sergio Massa divulgaba “encuestas” que lo daban mano a mano con sus rivales, o incluso lo ubicaban arriba. Las comillas tiene su razón: se trataba de números que llegaban por mail, sin un archivo que los respaldara, de supuestas consultoras que habían medido para él. Por lo informal, la sola presentación de los datos generaba dudas en el mundillo periodístico y casi ninguno de esos datos se terminaba plasmando en los medios más grandes.
La anécdota viene a cuento para entender la importancia que les da Massa (como la mayoría de los políticos) a los estudios pre-electorales. Y esta nueva carrera presidencial, que lo encuentra al ex intendente de Tigre mucho mejor posicionado que aquella vez, no es la excepción.
Lo llamativo es cómo fue cambiando la estrategia/obsesión del ministro de Economía en cada instancia electoral.
Las PASO
Para las PASO, la preocupación y el objetivo modesto que se había planteado Massa era terminar como el candidato individualmente más votado. No parecía un sueño lejano, con el piso que suele garantizar el peronismo y un contrincante débil (Juan Grabois), más una interna dividida con dos peso pesado en Juntos por el Cambio (Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta). El único escollo era superar a Javier Milei, por entonces más cerca de los 20 que de los 30 puntos que lograría finalmente. Casi todas las encuestas que circulaban desde el massismo mostraban a su candidato como el más votado. No lo fue.
La elección general
Para la elección general, la estrategia se ajustó bastante más con la realidad. Fue ostensible desde la misma noche de la primaria cómo Massa buscó polarizar con Milei e instalar que la pelea era entre ellos dos. Por eso, se aferró a las encuestas que, de entrada, pusieron a ambos como favoritos para el balotaje. Con un detalle inicial: desactivar la idea de que el libertario podía ganar en primera vuelta.
Más cerca de la votación, hubo un plus, también fogoneado desde su equipo: que Massa no sólo podía entrar al balotaje sino que ahora sí, por fin, podría ser el más votado. Habrá que anotar aquí un poroto a las consultoras y a los seguidores del postulante de Unión por la Patria que se aferraron a esa posibilidad.
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El balotaje
De cara al balotaje, la estrategia pegó un giro especial. Desde el massismo creen que podría ser mejor aparecer un poco debajo del libertario, para no relajar a sus votantes y mantener latente el miedo a una eventual gestión de Milei. Esto último se sostiene con una hiperactividad llamativa en redes y medios tradicionales. Como si Massa supiera que tiene más chances de ganar por espanto ajeno que por amor propio.
Fue dentro de este contexto que apareció una encuesta de la consultora que mide especialmente para Massa con ventaja para Milei. La firma se llama Inteligencia Analítica y la conduce el cuñado del ministro, Sebastián Galmarini. El propio funcionario del Banco Provincia se encargó de comentarla en diversos encuentros.
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