“Sabía que ustedes me iban a encontrar. No me peguen que estoy embarazada”. Con su sangre fría, La Gringa se entregó mansa ante los oficiales del GEOF que acababan de meterse en la casilla donde estaba escondida. Sabía que la estaban buscando, que tenía los días contados. Meses antes habían detenido a los cinco integrantes de su banda. Hoy le tocaba a ella.
Elizabeth Marlene de los Ángeles Llanos Morales, con tan solo 26 años, era la cabeza de una banda narco criminal que operaba en la zona oeste del conurbano bonaerense. Había tenido un despliegue territorial con varias bocas en las que vendía droga haciendo narcomendueo. Por una de ellas, sin embargo, terminó cayendo.
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La historia comienza con un problema dentro de la banda, cuando "La Gringa" comenzó a desconfiar de uno de los soldaditos, un chico de 25 años que vendía el producto en una de las casillas. Es que ella estaba segura que le había mexicaneado algo de droga, entonces comenzó a perseguirlo y hostigarlo para que confiese. Sin embargo, el soldadito siempre lo negaba.
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La historia comienza con un problema dentro de la banda, cuando "La Gringa" comenzó a desconfiar de uno de los soldaditos, un chico de 25 años que vendía el producto en una de las casillas. Es que ella estaba segura que le había mexicaneado algo de droga, entonces comenzó a perseguirlo y hostigarlo para que confiese. Sin embargo, el soldadito siempre lo negaba.
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