Ni diciembre impone una tregua: una semana más para el asombro, para el olvido, o, según se mire, para el recuerdo. Cuando parece que nada puede superar lo visto y oído, ahí está la realidad para asestar otro golpe certero. El Cielo, con sus Fuerzas, es el límite. Aunque, para ser sinceros, no se salva nadie. El capital no tiene ideología, y los papelones tampoco.
Después de José López revoleando bolsos con US$ 9 millones en un convento bonaerense en plena madrugada, el acarreo de dinero más bizarro es el que acaba de protagonizar el senador que llegó a la Cámara por Unión por la Patria y terminó votando leyes clave a favor del oficialismo. El intento de Edgardo Kueider por entrar a Paraguay con US$ 200 mil no declarados, que enrostró a su secretaria todoterreno, le valieron una sesión del Senado en busca de su suspensión/ expulsión.
La sesión en cuestión marcó un nuevo e inconcebible round entre Javier Milei y Victoria Villarruel: si no fuera serio, podría tratarse de un sketch digno de “Bananas”, de Woody Allen. El Presidente viajó a Italia, la vice argumenta que no sabía, la gente de Milei asegura que le avisó; el acta de traspaso de mando se firmó siete horas después de la partida presidencial.
Sobre la firma
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