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      El Gobierno y el riesgo de creer en “trolls” buenos y malos

      Un posteo en X amenazante contra el Presidente fue condenado e investigado. La reacción anti redes de la administración que se jacta de sus "tanques en las redes".

      El Gobierno y el riesgo de creer en “trolls” buenos y malosLuis Caputo, Argentina's economy minister, listens to Javier Milei, Argentina's president, not pictured, delivering the 2025 budget at the National Congress in Buenos Aires, Argentina, on Sunday, Sept. 15, 2024. President Milei confirmed Friday that he will veto legislation approved by Congress this week that would provide financing to public universities, according to posts on his X account. Photographer: Tomas F. Cuesta/Bloomberg

      Hay un primer posteo en X el domingo 31 que inicia la secuencia. Se hizo desde la cuenta “Escuela austríaca de economía”, muy afín al Gobierno, denunciando publicaciones violentas contra el Presidente. “Últimamente estoy recibiendo mensajes de este tipo, donde aparece Milei muerto y con mensajes de tipo: vamos a empezar a matar liberales, no descansaremos hasta ver a Milei muerto, etc, si bien tomo este tipo de cosas de quién viene, o sea de unos imbéciles, a veces toca tener cierto reparo”.

      La continuidad llegó desde el propio Milei, que republicó el posteo y manifestó su reclamo: “Los democráticos que todo el tiempo me tildaban de antidemocrático... A ver dónde están condenando esos periodistas que se sumaban a esa ola de violencia contra mi persona... casi que no dudo que después de tirar la piedra esconderán la mano...”.

      Desde el Ministerio de Seguridad de Patricia Bullrich confirmaron que se había denunciado la publicación y se investigaba a “las cuentas de redes sociales que profieren amenazas contra el jefe de Estado”.

      La secuencia plantea preguntas y observaciones, la primera casi obvia: quienes se autodefinen como los campeones de las redes, los reyes del trolleo, aquellos que desde X construyeron y sostienen gran parte del relato oficial, apelando a excesos y campañas impiadosas, muestran una incomodidad inesperada frente al episodio.

      La reacción del Gobierno al posteo inicial envía un mensaje: “En redes trolleamos nosotros”, dice. Los demás corren el riesgo de ser investigados.

      Recordemos que es la misma red social en que el usuario @tomzzzk (seguramente una cuenta fantasma creada por los fanáticos libertarios) escribió durante la campaña: “Hablando posta hay q señalar con el dedo a los kirchneristas en la calle. Hacerles bullying, escupirlos, marcarles las casas como hacían los nazis con los judíos, envenenarles las mascotas y quien sabe cuántas más atrocidades”.

      Y la misma red social en que el Presidente puso “me gusta” a un meme del gobernador de Chubut violado por periodistas, reacción que el vocero presidencial defendió apelando a "la libertad de expresión”.

      El posteo amenazante contra el Presidente es condenable, y también lo son las difamaciones desde las cuentas oficialistas, pero todos se inscriben en los usos de X, el espacio de los excesos, las identidades falsas, la no moderación y la falta de castigo. También de la circulación de la información y las ideas.

      Hasta ahora los intentos de control sobre sus contenidos fracasaron, y la discusión sobre cómo plantear un límite recorre el mundo con pronóstico de difícil resolución. Elon Musk, su dueño, es acusado en los Estados Unidos de haber convertido a ese canal en una descontrolada autopista de discursos del odio y consignas antisemitas y racistas. El recurre a la defensa de la libertad de expresión (free speech) incluso para los discursos del odio, como su argumento central.

      Si el presidente Milei y el gobierno quieren de verdad mejorar la calidad de la conversación pública (una tarea improbable) pueden dar el primer paso y repensar el uso de descalificaciones (“cáncer de la sociedad” “ratas”) que no contribuyen.

      La libertad de expresión es para todos (más para los opositores) y no hay trolls buenos y trolls malos.

      No son condenables las amenazas de los opositores y “likeables” las de los propios.


      Sobre la firma

      Gonzalo Abascal
      Gonzalo Abascal

      Secretario de Redacción. Editor Jefe. [email protected]

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