80 aniversario

UN DÍA COMO HOY Marilyn se Habría Quitado la Vida con somníferos

Ingirió una dosis de somníferos; Laurence Olivier responsabiliza a Hollywood de su trágica muerte; honda reacción.

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JFK

Redacción Clarín
14/03/2025 17:25

LOS ANGELES, California, 5 (AFP, AP y ANSA). — La actriz de cine Marilyn Monroe falleció hoy, al parecer a consecuencia de haber ingerido una cantidad excesiva de píldoras somníferas. El médico forense del condado de Los Ángeles dijo que la actriz posiblemente se había suicidado. La noticia fue anunciada por los servicios del “coroner”, funcionario municipal encargado de realizar la investigación sobre los fallecimientos sospechosos. Para el “coroner” también es muy probable que la actriz se haya suicidado.

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La doncella de la famosa estrella de cine, señora Murray, fue quien tuvo el primer indicio. La señora Murray dijo a la policía que vio luz a media noche en la habitación de su patrona. Cuando tres horas más tarde vio la misma luz por debajo de la puerta quiso abrir ésta y la halló cerrada con llave. Ante esto, telefoneó al doctor Ralph Greenson, médico personal de la actriz, quién llegó alrededor de las 4. El médico tampoco pudo abrir la puerta y llamó a la estrella cinematográfica, sin obtener respuesta. Telefoneó entonces a un colega, doctor Hayman Engleberg y, como sus esfuerzos conjuntos para abrir la puerta no tuvieron éxito, fueron a un costado de la casa y penetraron al dormitorio a través de una ventana, hallando el cuerpo sin vida de la Monroe en su lecho. Informaron de inmediato a la policía de Los Ángeles, la cual se hizo presente, comprobando que en el cuarto había numerosas botellas de medicina cerca de la cama, junto con un frasco de Nembutal, conocidas píldoras somníferas.

Hasta ahora no se dan otras precisiones sobre la muerte de la actriz. Los teléfonos del juez de Los Ángeles no responden. La estrella ocupó la atención de los lectores de periódicos por última vez cuando se anuló el contrato de su film Somethings gotta give (“Algo va a terminar por romperse”), en el que actuaba junto a Dean Martin para la empresa 20th Century Fox. Con frecuente ausencia, nerviosa, deprimida, la actriz retrasó el rodaje de esta película, de tal manera que los estudios decidieron renunciar a la producción, rescindiendo el contrato de Marilyn.

Marilyn Monroe

Cómo fue encontrada h1

Al entrar los médicos Greenson y Engleberg por la ventana encontraron el cuerpo de Marilyn cubierto por las sábanas y con la mano extendida sobre el receptor del teléfono. Más tarde el “coroner” descubre el cuerpo desnudo, pues los médicos lo habían dejado así tras las comprobaciones de práctica del fallecimiento y la urgencia por comunicar la noticia a la policía. El “coroner” tuvo que envolver el cadáver con una frazada a fin de transportarlo en su automóvil a la morgue de Westwood.

La policía no ha hecho hasta ahora ninguna declaración, debido a que la iniciativa pertenece a la oficina del “coroner”, donde se afirma que las investigaciones preliminares favorecen la tesis del suicidio. El hecho de que haya muerto con el receptor de su teléfono en la mano, da margen a todo tipo de conjeturas. ¿Quería hacer una última confidencia? ¿Iba a pedir socorro? ¿Pensaba solamente en descolgar el teléfono para no ser molestada?

El chalet de Marilyn Monroe, pequeño para una estrella de su fama, estaba hoy rodeado de fotógrafos, periodistas y curiosos. Milton Rudin, abogado de la actriz, dijo que la vio por última vez el viernes y que la encontró con la moral alta. Marilyn confiaba en reanudar el rodaje de “Algo va a terminar por romperse”, título que en adelante solo será una broma de humor negro.

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La autopsia h2

LOS ÁNGELES, 5 (AFP). — “La autopsia del cadáver de Marilyn Monroe no dio resultados concluyentes”, declaró esta noche el fiscal del condado de Los Ángeles, Theodore Curpaphey, quien añadió: “No sabemos si la muerte fue natural o no, y habrá que hacer otros análisis”. Agregó que tales análisis podrían necesitar varios días para ser realizados.

El cuerpo de la actriz reposa aún en el depósito de cadáveres de Los Ángeles y no se han tomado todavía disposiciones sobre las exequias o el entierro.

Marilyn Monroe se había convertido al judaísmo cuando se casó con el escritor Arthur Miller, pero no se sabe si continuó practicando esta religión después de su divorcio. Nunca hablaba de religión últimamente, y no iba ni al templo ni a la sinagoga.

Marinlyn Monroe

Ayer, Domingo, Volvió a Morir

Una Historia de Abandono y Soledad. Su Ambición: Quebrar el Drama Presente Desde su Infancia. Final Trágico y sin Esperanza.

Estoy muy sola… Hace pocos días, desde el pináculo de algo que piadosamente puede llamarse fama, Marilyn Monroe confesaba amargamente a un cronista, el anticipo de este ocaso brutal. Estoy muy sola… A partir de este omega de su vida, puede reconstruirse el ciclo perfecto —trágicamente perfecto— de una existencia transcurrida en el desamparo, desde el principio al fin; de una vida que buscó con desesperación el logro de la plenitud humana, que no pudo encontrarla, que sufrió por ellos y se disgregó, por último en el descanso infinito de una droga, un adiós, un largo, inacabable sueño para su fatiga. Sobre esta parábola, sobre esta pasión de una “star” deslumbrante, podrían tejerse los comentarios comunes usados en antecedentes similares. Cierto: “Liz” y B.B., viviendo siempre bajo el signo patético de la muerte y la neurosis; Judy Garland emergiendo del desastre personal y volviendo a caer en él; James Dean orillando hasta el deliberado fin de sus días los límites de la nada; cierto: todos ellos se explican por ese mundo absurdo, irreal, homicida que los rodea y los va destruyendo en la misma medida que los halaga.

Pero cada vida y cada muerte tienen también una explicación en sí misma, personal, intransferible, como el atroz acto solitario de decidir el último destino. Marilyn Monroe, esta pobre muchacha que ahora contemplamos en todo su desnudo fracaso, tiene también una biografía. En esa biografía ella se llama Norma Jean Baker. Despojado ahora de toda ficción, este ser humano acaba de morir.

Marilyn Monroe

Toda su vida fue una búsqueda incesante, un continuo bregar por salir, un combate interminable. Es la historia del abandono y de la soledad, desde aquel 1° de junio de 1926 en que nació en Los Ángeles, la ciudad que alberga a Hollywood y que fue testigo permanente de su lucha y su frustración. El drama comienza en el hogar: un hogar que se desmiembra en seguida, pues su padre perece en un accidente de automóvil y su madre queda paralítica. La infancia de esta niña rubia y pecosa de ojos lánguidos, es una infancia cruel, que se desparrama en orfelinatos y casas de familia, que no alcanzan a ser sustituto de un cariño esencial que falta, que duele. La vida es una sucesión de escaramuzas contra las trampas tendidas: escapar de los que nos frustra, tentar, una y otra vez, lo que nos libera. A los 16 años, Norma Jean Baker (todavía no sueña con ser Marilyn Monroe) se casa con un muchacho de su misma edad, un modesto agente de policía. ¿Qué significa ese matrimonio, que durará tan poco? Simplemente una fuga del pasado, una ruptura violenta con esa infancia dramática que está prendida en su existencia como una marca imborrable. A partir de esa experiencia matrimonial frustrada, Norma Jean ha cambiado su piel, deja la infancia, empezará a vivir su otra vida: pronto será Marilyn Monroe, el mito. Comenzará su desquite, pero éste será fugaz, superficial. La niña solitaria y triste no la abandonará jamás.

Marinlin Monroe

Comienza a trabajar en una fábrica. La tarea es fatigosa, rutinaria, pesada. Por esos años surge el deseo de ser actriz, de transformarse en una mujer culta, libre. Merodea cursos de arte escénico, asiste a clases en la universidad. Lo urgente es ahora, para esta hermosa mujer que busca su destino, abandonar el trabajo gris y tedioso. Comienza a posar como modelo para tapas de revista, y en poco tiempo, la maquinaria de la propaganda la consagra: es una de las “cover-girl” más famosas. Un día, su rostro sale en cinco revistas a la vez, y es llamada telefónicamente por un funcionario de la Fox. Otras muchachas como ella son convocadas también, y aguardan nerviosas, acentuando su sofisticación, oponiendo astucia a su timidez, en la sala de espera. Ben lyon, un ejecutivo abre la puerta de su despacho, examina atentamente a sus visitantes y al detenerse en ella, exclama: “Eres la primera que yo descubro, después de Jean Harlow”. A partir de ese instante surgirá el primer contrato —por un año—, y surgirá también su nuevo nombre, Marilyn (porque según el productor, se parecía a Marilyn Miller, una estrella de revistas de Broadway), y su apellido, Monroe, en homenaje a su madre. Paradójicamente, pocos años después se llamará, ante la ley, Marilyn Miller, como esa actriz que, sin saberlo, participó en la creación de su seudónimo.

Ya estaba dado el primer paso, pero faltaban muchos más. El contrato no le es renovado y otra vez vuelve a posar para las revistas. Por ese tiempo surge el famoso “affaire” del calendario, cuando ella posa totalmente desnuda. Era una desconocida, una de las tantas que iluminan las páginas de las revistas lujosas y que pasan luego anónimas, como siempre. Recién cuando Marilyn Monroe era famosa se sacaría a relucir el antecedente de ese almanaque procaz. Los productores le aconsejaron entonces que desmintiera haber sido ella la protagonista. Y Marilyn contestó: “¿Por qué? Lo hice porque tenía hambre y debía pagar el alquiler y si tuviera hambre otra vez lo volvería a hacer”.

Hollywood, entretanto, había olvidado su paso fugaz. Ella insiste, sin embargo, en romper esos muros infranqueables y prosigue estudiando ahincadamente artes escénicas. Como modelo ganaba cinco dólares por hora y los cursos le costaban diez dólares. No importa, no hay otra chance para salir adelante. No hay otra. En 1950, le otorgan un pequeño papel en una película de los hermanos Marx. Esta vez tiene más suerte: los productores la descubren e integra una delegación de actores que viaja por el país presentando el film. A la vuelta, el trabajo se hace permanente y el mismo año logrará su primer éxito, todavía con un rol secundario, en Mientras la ciudad duerme, film de John Huston.

Su carrera se irá aclarando hacia el éxito. Cuando en 1954 se casa con Joe Di Maggio, un ídolo del béisbol, ya es estrella. Este segundo matrimonio durará también muy poco: escasamente nueve meses.

Marinlyn Monroe

Marilyn, luego de la separación, va a Nueva York, a estudiar en el famoso “Actor’s Studio”. Todos sus triunfos como “pin-up girl” no terminan de satisfacerla. Su afán último es el teatro: consagrarse en él como una gran actriz y no solo como una hermosa mujer.

Precisamente es en ese ambiente intelectualizado del “Actor's Studio” donde ella conocerá a Arthur Miller. Marilyn ha narrado que un día, en una reunión, Miller expresó, ante el asombro de quienes participaban en ella (un asombro hirientemente burlón), que su destino era el teatro. A partir de ese instante, la bella Marilyn, que había sido siempre requerida por su encanto físico, iba a descubrir que amaba a ese intelectual reservado y hosco, de grandes gafas e ideas disconformistas por las que había sido acusado ante los tribunales. En 1956 se casaron. Y entonces sucedió algo aparentemente inexplicable, pero que hallaba plena justificación si se escarbaba en el oculto sentido de la existencia de Marilyn Monroe, en el monto de su íntimo fracaso personal, aun en pleno momento de su triunfo para el grueso de la gente. Cuando esperaba verse en las recepciones a una gran estrella, deslumbrante y autoritaria, seguida fielmente por un apocado marido, se veía aparecer, en cambio, al escritor Arthur Miller, al lado de una tímida muchacha que escuchaba absorta sus palabras y que no hacía o decía nada sin consultarlo con la mirada.

Marinlyn Monroe

Durante un tiempo Marilyn dejó de filmar. Toda su tensa personalidad convergía entonces sobre el objetivo de transformarse en una actriz dramática, para lo cual estudiaba en Nueva York devotamente.

Recién en 1959 reaparece en Hollywood. Ya tenía en su filmografía películas importantes como “La comezón del séptimo año” o “El príncipe y la corista”. Pero en ese año de 1959 rodará su gran éxito: “Una Eva y dos Adanes”, dirigida por Billy Wilder. Vino después el rodaje de “El millonario”, con Yves Montand, que promovería la difusión de comentarios sobre un acercamiento sentimental entre ambos. Ello fue desmentido, pero el matrimonio de Miller-Monroe, no tardaría en deshacerse: en enero de 1961 se separan.

Marinlyn Monroe

Miller volvió a casarse. “Le deseo lo mejor, con él aprendí mucho”, será el único comentario que formulará a los periodistas cuando se entera de la noticia. Su vida comienza a velarse en las pesadillas de la neurosis. Varias veces es internada en clínicas para enfermos nerviosos, y esa inestabilidad de su vida privada comienza a comprometer su carrera.

Este año la Fox le ofrece una película. Su título tiene algo de premonitorio: “Algo va a terminar por romperse”.

Enredada con productores, que la acusan por negligencia y abandono, [...] la película no llegará a filmar todo el drama de su vida que comenzará a precipitarse, incluso ese deseo fallido de maternidad, que no pudo resolver nunca.

Hace dos años le decía a un reportero: “Tengo treinta y cuatro años y voy a vivir mucho. Espero tener otras posibilidades de trabajo para mejorarme a mí misma, no solo en mi profesión, sino en mi vida. Esta es mi única ambición. Tal vez me lleve tiempo, porque yo procedo con lentitud. El tiempo es el único medio que conozco y del cual estoy segura de poder disponer. Prosigo viviendo. Siento que, después de todo, la vida, también la mía, no termina aquí. Siempre hay una esperanza”

Norma Jean Baker se ha observado hacia adentro, en un hondo espejo, y decidió que ya no había más esperanza, ni siquiera ambición, y estuvo segura que solo podía disponer del tiempo, eliminándolo. Fue ayer, de madrugada, en Los Ángeles, cuando Norma Jean Baker, entonces, volvió a morir.

J.C.P.


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